Resumimos cuatro teorías de identidad típicamente empleadas por los psicólogos sociales contemporáneos: identidad personal, identidad de rol, identidad social e identidad colectiva.
La identidad personal, la más elemental de las cuatro identidades, fue iniciada por los psicólogos sociales (SSP) estadounidenses, particularmente Sheldon Stryker. Los SSP enfatizan cómo los factores demográficos, sociales y culturales afectan la interacción social humana. La identidad personal es lo que hace que cada persona sea única, definiéndola a través de sus biografías específicas (por ejemplo, nombre, lugar de nacimiento), características únicas (por ejemplo, inteligente, atlética), identidades de rol (por ejemplo, hija, empleada) y una combinación particular de público y privado. experiencias.
La identificación de roles, también promovida por los SSP estadounidenses, en particular George J. McCall y J. L. Simmons, está inspirada en el lenguaje de la dramaturgia. La identidad de rol se define como el rol (o carácter) que desempeñan las personas cuando ocupan posiciones sociales específicas en grupos. Es relacional, ya que las personas interactúan entre sí a través de sus propias identidades de rol.
Identidad social, iniciada por psicólogos sociales psicológicos europeos, particularmente Henri Tajfel y John C. Turner, enfatiza cómo la cognición, el afecto y los rasgos de personalidad de una persona afectan las interacciones sociales inmediatas de persona a persona y viceversa. Es la parte del autoconcepto de un individuo formado a través del conocimiento de su membresía en grupos y organizaciones sociales significativos. En resumen, es a través de nuestro ser público que podemos simplificar el mundo que nos rodea mediante el uso de categorizaciones para inferir nuestras similitudes y diferencias a otras personas.
Finalmente, la identidad colectiva, también desarrollada por los psicólogos sociales y psicológicos europeos, especialmente Alberto Melucci, es el yo en acción. Las identidades colectivas son especialmente importantes para los participantes de movimientos sociales, activistas políticos y otros que se unen para luchar a favor o en contra del cambio social al trabajar en objetivos y planes de acción compartidos. En resumen, es un proceso mediante el cual un conjunto de individuos interactúa para crear un sentido compartido de identidad o conciencia grupal.